Su droga es vivir a pleno! Se pica con humildad, fuma concejos ajenos y Aspira Sinceridad!

jueves, 28 de octubre de 2010

Nuestro mejor baile.

No había música. O quizás sí. No alcanzo a recordarlo bien, por el simple hecho de que cuando estábamos juntos lo exterior podía reducirse a cero y lo “ nuestro “ multiplicarse por cien.
Con o sin música, nuestras miradas bailaban a nuestro compás, al que los dos queríamos que bailen.
Su alma le hacía un guiño a la mía, y luego se le acercaba con la misión de conquistarla. No hacia falta, mi alma ya estaba acostada a sus pies.
Cada beso podía convertirse en una aventura. Cada beso me sometía mas y mas a su monarquía de amor. No tenía elección. Mis alternativas eran si o… si.
Su mano era la única que me podía sosegar . Tenía esa hermosa capacidad de lograr que la desee todo el  tiempo sobre la mía, sosteniéndola, regalándome una seguridad tan insegura.
Ahora, nuestras almas eran las que bailaban.
Esas sonrisas suyas, no eran mas que la perfecta combinación entre la ternura, la seducción y su picardía. Cautivarme era lo menos que podrían hacer.
Estaba metida en un baile del que no podía salir. Pero que feliz de estar danzándolo era.
Nada estaba coreográficamente planeado, todos nuestros días eran un teatro a sala llena esperándonos. Debíamos rebuscárnosla bien para encontrar un buen escenario donde bailar como debíamos, o mejor dicho como queríamos. Teníamos un publico muy reducido, pero cuantos aplausos de ellos nos llevábamos.
Tras bambalinas, la pasión. Tras las bambalinas que jamás vería, estaba yo, deshecha.
Sabía que se acercaba el numero final. (que nunca es totalmente final)
Y así fue, y no salió como lo planeado. Trastabillé, olvide la coreografía. Fracasé.
Telón.
Ya no bailan nuestras almas, por lo menos no juntas.
La mía, está sentada esperando que te acerques, con la misión de conquistarla, y le digas al oído: “ Me concede esta pieza? “ 


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