La noche era nuestra cómplice. Se hacia eterna mientras estábamos en el coche.
Vos bajabas el bretel de mi vestido, y con un poco de vino me olvidaba del destino.
Los vidrios empañados de sonrisas no dejaban ver que afuera todo estaba hecho trizas.
Te acaricié mil veces, que hasta me grabé tu piel. Hoy puedo describirla de la cabeza a los pies.
Enredaba mis manitas en tu pelo, mientras jugaba tímidamente con tu cuello. Vos sonreías, y yo creía
que estaba en el éxtasis de la vida.
Nuestros ojos se hacían mimos entre ellos, mientras nosotros nos matábamos a besos
Y mas de una vez sentí tu suspiro cantándome una canción al oído.
alto temaaaa ;)
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